Ya no hay vacío
(Inédito sentimiento)
Cuando los minutos se hacen kilómetros
y en aquella voz que guarda fuego dulce,
como la noche que gotea erguida en su frente,
muestra en esencia la oculta profundidad
entre los sonoros sentimientos de mil colores,
que arrebatan la atención desde la primera vez.
Con cada viento, tu viento, rehaces el alma,
como el corazón que lleva a las venas la vida
que a cada segundo da de sí.
Sin detenerse, sin olvidar que las alas que abres,
haces volar el entorno, lo elevas, tomas el control
de las voces sujetas en la noche, como si fuera la vez primera,
como la primera lluvia de primavera que colorea en tono verde las hojas.
Semblante de tu cuerpo envuelto en brazos derretidos.
Y cada capa, enrolla el misterio nuevo.
En la salida al cielo, me miras, dejando rezos enorgullecidos.
Dejando caer tu perfume del aliento,
recitando cada instante el deseo de columpiarte sobre las olas,
dejándote cruzar el brillo del sol, cayéndote sobre tu sombra.
Creas la imaginación, lo realizas sin temor,
sin temor que el tiempo nos alcance,
sin darnos cuenta de nuestras eras,
ignorando nuestros tiempos,
una y otra vez, tener el corazón en la mano,
como el sueño que solo se siente y se vive
en nuestra realidad,
sin importar si el reloj está a la mitad,
solo importa tu respiración,
las palabras en tus labios,
la mirada hacia el cielo.
Que en tu tierra, tu suelo y vida,
vuelven a encontrarse por ti,
por cada parte de tu cuerpo
que salga voluntad.
Tú lo eres así, inédita creatividad
que llena como la luz al vacío oscuro.
Paulino Lucas Vázquez.
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